Intento aceptar su partida. La oscuridad me tranquiliza. El vacío está a mano. Me tienta caminarle tan cerca. El viento me despeina. Una fuerte brisa. Una caída. Un tropezón y luego. Nada. ¿Nada? Si nada. Gusanos. ¿Que pensabas? ¿Dioses? ¿Bendiciones? ¿Puertas celestiales? ¿Felicidad? No paranoiquees. Esos cuentos son de primaria. Me tiro. Hace lo que quieras. Adiós al sufrimiento. ¿Y la culpa? ¿Que culpa? Si después no hay nada. No podes saber. Tal vez Dios es un gran gusano que te devora. Es difícil de imaginar. Un dios eterno, omnipotente, omnipresente, sin principio ni fin también es algo difícil de imaginar. Pero tiene bastante demanda. O mucha oferta. ¡No alto! No te tires. ¿Por que? Porque siempre hay alguien que va a sufrir con tu muerte. ¿Y mi sufrimiento? Todo puede sanarse, solo necesitas a alguien. No existe tal. ¡¡No te arrojes!!¿No temes decepcionar a los que creían en vos? Siempre hay alguien que va a sufrir con tu muerte… ¿recordas a tus amigos? ¿Recordas sus nombres? Ellos te quieren, no necesitas nada más. Si necesito alguien que me ame. ¿Que es el amor? Ese deseo egoísta de posesión. El amor no es solamente eso. ¿Cómo podes saber? Nunca lo tuviste cerca. .. ¡¡No te arrojes!!
El viento me esta despeinando, no se porque me preocupo por eso. Las imágenes. Mi vida en un segundo. Lo que era tu vida. No, lo que aun es mi vida. Recuerdos. Algunos creía haberlos olvidado totalmente. Mi primer cumpleaños. La primera bicicleta. Los amigos. La pérdida de la virginidad. Algunos sueños cumplidos. Otros que quedaron en el camino. Tantas cosas para perder. Mierda.